JOSÉ ÁNGEL GAYOL
Círculos de tiza de Javier García Cellino se presenta con la vitola de ganador del premio «Letras» de novela corta. La alergia inevitable que semejantes títulos nobiliarios provocan en el sistema intelectual del lector atento se despeja con la lectura de los primeros capítulos. Círculos de tiza es una novela digna y correctamente escrita, en la que el autor ha volcado un trabajo evidente de pulcritud.
Con un lenguaje sereno y sin afeites, vamos conociendo diversas facetas de la vida secreta de una población minera de Asturias. Vestida de «thriller», la novela es en realidad una obra de marcado contenido social. Los restos de la desindustrialización presiden la trama como un escenario necesario para el correcto desenvolvimiento de los personajes.
Un cadáver descuartizado en un basurero es la excusa para que el protagonista pasee por las calles del Nalón, saludando a viejos conocidos, recordando sus días de niñez cuando emigró con sus padres desde Andalucía, charlando con aquellos niños que fueron sus amigos y ahora son hombres de bien incardinados en el árbol político y económico local.
Javier García Cellino no se arriesga. Cuenta aquello que mejor conoce: la pérdida de la inocencia (peaje que todos pasamos, si bien resulta difícil precisar el punto exacto en el que se produce), los amigos, que repiten pautas o las modifican para descubrirse y descubrirnos, la corrupta clase política municipal (aunque no siempre sea corrupta, siempre alimenta el morbo pensar que sí lo es), los hilos de la marioneta económica que levantan, sobre una base de fragilidad, el maltrecho sector de la construcción, el mal como expresión filosófica que se traduce en crímenes y pasiones violentas?
La novela se va desarrollando a partir de un linchamiento, la tortura feroz de un anarquista, y luego evoluciona hacia un nuevo crimen cuya resolución parece anodina y falaz. Cellino levanta un castillo de fuegos artificiales que, una vez que se desmorona, decepciona por la candidez de los planteamientos. Ahora bien, como retrato social, Círculos de tiza articula una descripción fiel de las cuencas mineras. Los procesos de regresión económica tienen su reflejo en una psicología muy determinada del habitante de estas zonas: la dependencia de la gran empresa, la búsqueda de acomodación laboral con vistas a trabajar poco, el dinero rápido y fácil?