La presentación en Oviedo del libro «Cuando los ferreiros forjan museos. Diario de un Quijote»

Marta Magadán, Victor Vázquez, Pepe el Ferreiro, Luis Arias
y Javier González.

La presentación del libro  «Cuando los ferreiros forjan museos. Diario de un Quijote» se convirtió en una defensa del trabajo etnográfico del autor. «Hícelo por gusto y ahí ta». José Naveiras, de ahora en adelante Pepe el Ferreiro, resumía así, con la fala, que es como le gusta hablar, su gran obra: el Museo Etnográfico de Grandas de Salime. Y lo hizo durante la presentación de su último libro, «Cuando los ferreiros forjan museos. Diario de un Quijote», en el transcurso de un acto multitudinario en el salón de actos del Club Prensa Asturiana de La Nueva España. Para hablar del autor y de su obra se reunieron Marta Magadán, de Septem Ediciones; Luis Arias Argüelles-Meres, escritor; Víctor Vázquez, miembro del Ridea, y el médico Javier González.

Del museo de Grandas su creador dijo que «no es otra cosa que el testimonio de otra época ya desaparecida», y que su libro «refleja esa realidad».

En este sentido, Luis Arias definió al museo como «catedral de la etnografía asturiana» que muestra objetos de una Asturias rural ya desaparecida», y censuró que fuera «víctima de una auténtica canallada al ser destituido por unas instituciones y un Gobierno con casos de corrupciones conocidos».

Luis subrayó que Pepe es «parte de nuestra historia, que representa mejor que nadie la interpretación de la Asturias rural y del occidente, lo que nos sirve para conocer mejor que nadie nuestro presente y nuestro futuro». A su juicio, este libro «es la forja de una lucha por la vida, por un museo».

No obstante, Arias precisó que «el libro le sirve de desquite y muestra su trabajo en soledad con los objetos». Después, Víctor Vázquez después de contar como conoció a Pepe y el museo, pasó a preguntarse «cómo es posible que un ferreiro escriba tan bien». «Luchó por lo nuestro», dijo la editora; de «ferreiricidio» tachó Javier González la persecución que sufrió el autor, que al final del acto recibió un largo aplauso de los asistentes. «Axa muita salud», se despidió Pepe el Ferreiro.