CUCA ALONSO
Tres mujeres en tribuna, tres, por méritos propios. El acontecimiento, de un tiempo acá se ha convertido en algo normal; pero si echamos la memoria atrás sólo dos o tres décadas, lo veríamos como insólito. Tres mujeres presidiendo el acto celebrado en la sala de conferencias del Antiguo Instituto Jovellanos. Guapo. En primer lugar, la escritora Carmen González Casal iba a presentar su libro «Los amores del rey Casto». La acompañaba Trinidad Rodríguez, catedrática de Ciencias Químicas y ex directora general de Cultura del Principado de Asturias, encargada de trazar el perfil de la autora y exponer sus opiniones sobre la obra. Por último, Marta Magadán, responsable de Septem Ediciones.
Mucho público en la sala en tarde inhóspita, que suponemos, habrá provocado la primera sorpresa de la escritora; la segunda fue manifestada por ella misma: «¡hay que ver qué animación tienen los coloquios en Gijón, esto en Oviedo no ocurre!» Que se lo pregunten a José Luis Martínez, presidente del Ateneo, y espectador en la sala, cómo suele ser comentario habitual de los conferenciantes capitalinos, tanto la gran participación popular como el desarrollo de los consecuentes turnos de preguntas. Es el estilo Gijón, inquieto y participativo. No en vano Gijón se ha considerado repetidamente como la Atenas del Norte peninsular. Aquí no hay iniciativa cultural que caiga en la indiferencia.
Inició los parlamentos Marta Magadán declarándose apasionada lectora de Carmen González Casal, desde aquel primer libro, «Mujeres con historia», dedicado a un grupo de empresarias asturianas y publicado a su vez por Septem Ediciones. «Admiro en Carmen su torrente desbordante de entusiasmo a la hora de defender a las mujeres», dijo. Calificó la nueva obra como una novela histórica, desarrollada en torno al reinado de Alfonso II el Casto, un monarca muy especial, pero... «Su lectura ni aburre ni engaña sobre la fidelidad a la historia».
Trinidad Rodríguez, muy bien arreglada, como merecía el acto, con un collar precioso, presentó a Carmen González Casal como una felguerina nacida en 1964. Está licenciada en Ciencias de la Información y es especialista en Antropología por la Universidad de Navarra. En la actualidad dirige su propia empresa de comunicación. «Los amores del rey Casto» es su primera novela, donde describe rigurosamente hechos y cronología, enlazándolos con el presente.
«Su estilo es directo y sencillo, de fácil y amena lectura. Es una obra muy oportuna, ya que Alfonso II es el precursor del primer itinerario cultural europeo, como ha denominado la UNESCO al Camino de Santiago, y estamos en año compostelano», señaló Trinidad Rodríguez.
Cerró la autora, con su serena sencillez, que la hace tan próxima. Tras los oportunos agradecimientos, declaró su interés por la historia asturiana al valorar dos aspectos: su pasión por Asturias y su afán de conocer el pasado. Eligió a Alfonso II porque fue el rey que nos puso en el mapa de la Reconquista, de la cultura, de la arquitectura y de la fe. A él le debemos San Tirso, San Julián de los Prados, la Cámara Santa, la Cruz de los Ángeles, el Camino de Santiago... Sus orientadores fueron Constantino Cabal, Jesús Evaristo Casariego, Juan Ignacio Ruiz de la Peña y Claudio Sánchez Albornoz, al acercarla a esta figura tan grande en nuestra historia. El libro consta de tres partes; las raíces, las flores y los frutos, donde se reúnen las diferentes etapas de la vida de este extraordinario monarca.
Mucho público en la sala en tarde inhóspita, que suponemos, habrá provocado la primera sorpresa de la escritora; la segunda fue manifestada por ella misma: «¡hay que ver qué animación tienen los coloquios en Gijón, esto en Oviedo no ocurre!» Que se lo pregunten a José Luis Martínez, presidente del Ateneo, y espectador en la sala, cómo suele ser comentario habitual de los conferenciantes capitalinos, tanto la gran participación popular como el desarrollo de los consecuentes turnos de preguntas. Es el estilo Gijón, inquieto y participativo. No en vano Gijón se ha considerado repetidamente como la Atenas del Norte peninsular. Aquí no hay iniciativa cultural que caiga en la indiferencia.
Inició los parlamentos Marta Magadán declarándose apasionada lectora de Carmen González Casal, desde aquel primer libro, «Mujeres con historia», dedicado a un grupo de empresarias asturianas y publicado a su vez por Septem Ediciones. «Admiro en Carmen su torrente desbordante de entusiasmo a la hora de defender a las mujeres», dijo. Calificó la nueva obra como una novela histórica, desarrollada en torno al reinado de Alfonso II el Casto, un monarca muy especial, pero... «Su lectura ni aburre ni engaña sobre la fidelidad a la historia».
Trinidad Rodríguez, muy bien arreglada, como merecía el acto, con un collar precioso, presentó a Carmen González Casal como una felguerina nacida en 1964. Está licenciada en Ciencias de la Información y es especialista en Antropología por la Universidad de Navarra. En la actualidad dirige su propia empresa de comunicación. «Los amores del rey Casto» es su primera novela, donde describe rigurosamente hechos y cronología, enlazándolos con el presente.
«Su estilo es directo y sencillo, de fácil y amena lectura. Es una obra muy oportuna, ya que Alfonso II es el precursor del primer itinerario cultural europeo, como ha denominado la UNESCO al Camino de Santiago, y estamos en año compostelano», señaló Trinidad Rodríguez.
Cerró la autora, con su serena sencillez, que la hace tan próxima. Tras los oportunos agradecimientos, declaró su interés por la historia asturiana al valorar dos aspectos: su pasión por Asturias y su afán de conocer el pasado. Eligió a Alfonso II porque fue el rey que nos puso en el mapa de la Reconquista, de la cultura, de la arquitectura y de la fe. A él le debemos San Tirso, San Julián de los Prados, la Cámara Santa, la Cruz de los Ángeles, el Camino de Santiago... Sus orientadores fueron Constantino Cabal, Jesús Evaristo Casariego, Juan Ignacio Ruiz de la Peña y Claudio Sánchez Albornoz, al acercarla a esta figura tan grande en nuestra historia. El libro consta de tres partes; las raíces, las flores y los frutos, donde se reúnen las diferentes etapas de la vida de este extraordinario monarca.