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viernes, 19 de enero de 2007

Raúl Montilla: “El pistolerismo de la Barcelona de los años 20 es clave para entender la Guerra Civil”


El periodista baixllobregatí Raúl Montilla, de 28 años y vinculado muchos años a EL FAR, acaba de pu­blicar La ciudad de las tormentas (Sep­tem Ediciones), una novela histórica am­bientada en la gris Bar­ce­lona de los años 20 y en la lu­cha en­tre los hombres de acción de los sindicatos proletarios y los mercenarios a sueldo de los patronos.

–¿Qué le ha llevado a re­fle­jar esa épo­ca, un tan­to desconocida?

–Pre­ci­samente eso. Es una época compleja en que confluyen as­pectos so­cia­les como la llegada en masa de inmigrantes de otros puntos de España al área metropolitana –el germen de la sociedad moder­na– y la existencia de un mo­vi­miento obrero ra­dica­li­zado, que de alguna ma­nera son la clave de lo que vendrá años después: la Guerra Ci­vil.

–¿El pistolerismo de la época fue una de las causas de la Guerra Civil?

–La Gue­rra Civil es la suma de mu­chas tensiones, y ésta es una de ellas.

–Aparecen referencias a la periferia obrera, sobre todo L’Hospitalet y Corne­llà. ¿Como era la comarca hace un siglo?

–Empiezan a crearse cer­ca de Barcelona los primeros grandes barrios, como La To­rrassa o Coll­blanc, y aparecen industrias como la Sie­mens en Cornellà. Pero igual al lado de una calle su­perpoblada hay una masía o un campo de cultivo.

–¿La novela pretende ser un homenaje al anarquismo militante y solidario con las clases bajas?

–No intentaba presentarlos como héroes. Es una ex­posición de lo que entonces se producía, que hoy nos puede sorprender: una lu­cha obrera que tenía su parte violenta desde las dos vertientes, desde el anarcosindicalismo, que tenía en Bar­ce­lona su principal foco de actuación, y desde los patronos. La violencia estaba muy presente. Un año po­día ha­ber hasta 600 asesinatos en Barce­lona y su área de in­fluencia.

–¿Ha cambiado mucho la sociedad actual, se ha perdido conciencia obrera?

–Sí, pero también son necesidades diferentes, y con la lejanía todo se idealiza. Antes había más reivindicación y más solidaridad, a ve­ces porque no quedaba más remedio. Ahora lo que nos interesa es tener una pantalla plana en el comedor o hacer una escapada a cualquier ciudad europea en un puente... ¿Quién se siente hoy obrero?

–¿El hecho de que siempre llueva refleja una épo­ca gris y oscura?

–Sí. Ayuda a crear am­biente, pero también refleja un hecho real: 1921 fue un año de inundaciones.

–¿Trabaja en algún otro proyecto de este tipo?

–Sí, en una novela que trata la Guerra Civil partiendo de la fecha en que las tropas franquistas entran en la comarca en su camino hacia Barcelona.
 
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