El periodista baixllobregatí Raúl Montilla, de 28 años y vinculado muchos años a EL FAR, acaba de publicar La ciudad de las tormentas (Septem Ediciones), una novela histórica ambientada en la gris Barcelona de los años 20 y en la lucha entre los hombres de acción de los sindicatos proletarios y los mercenarios a sueldo de los patronos.
–¿Qué le ha llevado a reflejar esa época, un tanto desconocida?
–Precisamente eso. Es una época compleja en que confluyen aspectos sociales como la llegada en masa de inmigrantes de otros puntos de España al área metropolitana –el germen de la sociedad moderna– y la existencia de un movimiento obrero radicalizado, que de alguna manera son la clave de lo que vendrá años después: la Guerra Civil.
–¿El pistolerismo de la época fue una de las causas de la Guerra Civil?
–La Guerra Civil es la suma de muchas tensiones, y ésta es una de ellas.
–Aparecen referencias a la periferia obrera, sobre todo L’Hospitalet y Cornellà. ¿Como era la comarca hace un siglo?
–Empiezan a crearse cerca de Barcelona los primeros grandes barrios, como La Torrassa o Collblanc, y aparecen industrias como la Siemens en Cornellà. Pero igual al lado de una calle superpoblada hay una masía o un campo de cultivo.
–¿La novela pretende ser un homenaje al anarquismo militante y solidario con las clases bajas?
–No intentaba presentarlos como héroes. Es una exposición de lo que entonces se producía, que hoy nos puede sorprender: una lucha obrera que tenía su parte violenta desde las dos vertientes, desde el anarcosindicalismo, que tenía en Barcelona su principal foco de actuación, y desde los patronos. La violencia estaba muy presente. Un año podía haber hasta 600 asesinatos en Barcelona y su área de influencia.
–¿Ha cambiado mucho la sociedad actual, se ha perdido conciencia obrera?
–Sí, pero también son necesidades diferentes, y con la lejanía todo se idealiza. Antes había más reivindicación y más solidaridad, a veces porque no quedaba más remedio. Ahora lo que nos interesa es tener una pantalla plana en el comedor o hacer una escapada a cualquier ciudad europea en un puente... ¿Quién se siente hoy obrero?
–¿El hecho de que siempre llueva refleja una época gris y oscura?
–Sí. Ayuda a crear ambiente, pero también refleja un hecho real: 1921 fue un año de inundaciones.
–¿Trabaja en algún otro proyecto de este tipo?
–Sí, en una novela que trata la Guerra Civil partiendo de la fecha en que las tropas franquistas entran en la comarca en su camino hacia Barcelona.
–¿Qué le ha llevado a reflejar esa época, un tanto desconocida?
–Precisamente eso. Es una época compleja en que confluyen aspectos sociales como la llegada en masa de inmigrantes de otros puntos de España al área metropolitana –el germen de la sociedad moderna– y la existencia de un movimiento obrero radicalizado, que de alguna manera son la clave de lo que vendrá años después: la Guerra Civil.
–¿El pistolerismo de la época fue una de las causas de la Guerra Civil?
–La Guerra Civil es la suma de muchas tensiones, y ésta es una de ellas.
–Aparecen referencias a la periferia obrera, sobre todo L’Hospitalet y Cornellà. ¿Como era la comarca hace un siglo?
–Empiezan a crearse cerca de Barcelona los primeros grandes barrios, como La Torrassa o Collblanc, y aparecen industrias como la Siemens en Cornellà. Pero igual al lado de una calle superpoblada hay una masía o un campo de cultivo.
–¿La novela pretende ser un homenaje al anarquismo militante y solidario con las clases bajas?
–No intentaba presentarlos como héroes. Es una exposición de lo que entonces se producía, que hoy nos puede sorprender: una lucha obrera que tenía su parte violenta desde las dos vertientes, desde el anarcosindicalismo, que tenía en Barcelona su principal foco de actuación, y desde los patronos. La violencia estaba muy presente. Un año podía haber hasta 600 asesinatos en Barcelona y su área de influencia.
–¿Ha cambiado mucho la sociedad actual, se ha perdido conciencia obrera?
–Sí, pero también son necesidades diferentes, y con la lejanía todo se idealiza. Antes había más reivindicación y más solidaridad, a veces porque no quedaba más remedio. Ahora lo que nos interesa es tener una pantalla plana en el comedor o hacer una escapada a cualquier ciudad europea en un puente... ¿Quién se siente hoy obrero?
–¿El hecho de que siempre llueva refleja una época gris y oscura?
–Sí. Ayuda a crear ambiente, pero también refleja un hecho real: 1921 fue un año de inundaciones.
–¿Trabaja en algún otro proyecto de este tipo?
–Sí, en una novela que trata la Guerra Civil partiendo de la fecha en que las tropas franquistas entran en la comarca en su camino hacia Barcelona.