Nunca dejes que te cojan de M.Angel González
Miguel Ángel González ha ganado el Premio Letras de Novela Corta con este desigual relato que puede ser un reflejo de la juventud de hoy, sin embargo, cargada en una primera parte de mordacidad y humor se pierde en la segunda en un laberinto incoherente con el arranque inicial y que hace que se relacionen dificilmente el personaje inicial con el del desenlace, como si en realidad fueran dos relatos distintos unidos dificílmente para alcanzar una extensión determinada para el concurso.
Título: Nunca dejes que te cojan
Autor: Miguel Ángel González González
Edita: Septem
Páginas: 104
Precio: 18 Euros
Nunca dejes que te cojan no es desde luego una novela, sino un relato, o quizá dos, de la vida de un jóven que encontramos divertido, ingenioso en la primera parte, e incomprensible en la segunda. La primera parte puede leerse como un divertido retrato mordaz del ambiente laboral en España, y también de la vida familiar y de la juventud actual. El personaje hace gala de un humor y una rapìdez verbal en sus respuestas que nos hacen sonreír a menudo. Es una primera parte entretenida y divertida. Sin embargo da la sensación de que el autor para poder llegar a cumplir un determinado límite de páginas, escribió (o añadió) la que es la segunda parte de la novela en la que se pierde la verosimilitud cronólogica, pues aunque se supone que estamos varios años después no hay diferencia temporal o histórica real entre ambos tiempos, pues ya la primera parte parece situarse en un presente muy actual. Tampoco resulta coherente el detalle de unos meses en la primera parte frente al intento de reunir toda una vida en la segunda parte donde el movimiento de la narracción va en zig zag y desordenadamente nos presenta en realidad otro personaje que parece no tener nada que ver con el de la primera parte: igual que el estilo y las pretensiones parecen totalmente distintas. Hay muchos elementos que no se deducen de la primera parte o incluso resultan incoherentes; todo lo cual hace que esta segunda parte aparezca como un añadido artificial que no casa bien ni con el estilo ni con la idea del principio del relato, y en definitiva hacen más interesante leerlos como dos relatos distintos que nada tienen que ver el uno con el otro, y desde luego con algo más de interés la primera, al menos por su estilo claro, directo y divertido, que una segunda parte quizá más pretenciosa que lograda. Nunca dejes que te cojan se lee de un tirón, por su corta extensión, y puede ser una lectura entretenida, especialmente con esa visión peculiar del personaje y su humor y capacidad para desmontar los clichés de los demás.
Valentín Pérez