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jueves, 16 de abril de 2015

Emilio Huerta "Triqui" presenta "Bajo el viaducto", de Xuan Xosé Sánchez Vicente

Marta Magadán, Xuan Xosé Sánchez Vicente y Triqui.
Era la primera vez que Emilio Huerta, "Triqui", concejal del Ayuntamiento de Oviedo e histórico militante de CC OO, presentaba una novela, pero su veterano olfato le llevó inmediatamente a certificar el tino de Xuan Xosé Sánchez Vicente -en su tercera novela en castellano, "Bajo elviaducto"-, para describir los años "del movimiento vecinal, del sindicalismo que no quiere ser correa de transmisión de partidos, de las liturgias asamblearias o de las movilizaciones". Es decir, los hechos que Asturias vivió durante las reconversiones industriales de los años ochenta y que Gijón conoció en particular con el sector naval. Ese es el ambiente que recorre buena parte del relato de Sánchez Vicente, que también consta de "la historia personal del protagonista, Luis Roces", como indicó Triqui a la vez que calificaba el libro de "una parábola de nuestra sociedad y política", incluyendo una "valoración de la Transición y el desencanto que vino después".
El propio autor indicó ayer, durante la presentación del libro en el Club Prensa Asturiana de La Nueva España, que "el paisaje de la novela es el de Gijón", y al servicio de "la historia de un personaje que entrega el corazón, pero no valora bien la realidad".
"Me veo reflejado en muchas páginas de la novela de Xuan Xosé", agregó Triqui al tiempo que calificaba al autor como "un hombre al que le gusta la política con mayúsculas", y que ha realizado un "trabajo constante por el partido que fundó, el PAS". El presentador reconoció con ironía que "siendo quien soy y estando alejado de la lectura, en el primer capítulo de la novela tuve que tirar del diccionario con 15 o 20 palabras, una demostración de lo culto y lingüista que es Xuan Xosé". Pero después la lectura ya fue más fluida y ayer se detuvo en varios aspectos, por ejemplo, "la lucha del sindicalista por su independencia sindical, y no como correa de transmisión del partido"; o también "la liturgia de las asambleas, o cómo se pueden manejar éstas y como los partidos sitúan a sus fieles para que intervengan dando un giro o preparando el engaño". En esa línea, Triqui se acordó de "la repetición de intervenciones encabezadas por la frase: 'Como bien dijo tal...'; o el pelotas que intervenía, o aquel que si no habla, muere; así que las asambleas duraban dos horas y salías con barba".
Pasadas aquellas luchas, "hubo desencantos muy justos por cómo se desarrolló todo aquello". Al final, "en los terrenos de una fábrica industrial termina montada la 'Semana negra', cuando el protagonista retorna como un indigente". Huerta también elogió "las dotes narrativas" de Sánchez Vicente en los textos eróticos de la novela "que tendrían que competir en el Premio 'Sonrisa Vertical', aunque no ganara a Pedro de Silva, que fue primer premio, pero sí a Susana Pérez Alonso, que quedó segunda". Así pues, al final de su intervención, Triqui desafió al autor: "Ahora, a escribir esa novela erótica". En la presentación también participó la editora, Marta Magadán, de Septem Ediciones, que describió la novela como "un pastel milhojas que entrelaza una historia personal y una historia social de lucha, esperanza, ilusión, traición, desesperación y rendición".


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