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miércoles, 27 de febrero de 2013

En conversación con Pepe Monteserín


«Me propaso en todo porque soy de narrativa exuberante»

Pepe Monteserín Corrales
Pepe Monteserín Corrales, escribió y publicó novelas, relatos, teatro, documentales para TV, ensayos, cuentos infantiles, letras para canciones e himnos, más de tres mil artículos en La Nueva España (Asturias), donde colabora a diario, así como en radio y televisión. Su obra literaria, irónica, crítica, hiperbólica, enciclopédica, barroca, insistencialista, más que terca, insolente más que solemne, e impregnada de humor e intención poética, logró múltiples reconocimientos en todos los géneros. En los próximos meses verá la luz su nueva novela «Me levanté herido», editada por Septem.


¿Por qué, para qué y para quién escribe?
Si no escribiera, me saldría la tinta por las orejas. También escribo por placer, para ponerme las botas de siete leguas, y para llevar conmigo a los lectores; a los más leídos.
¿Cómo descubriste tu vocación?
De niño intentaba relatos bucólicos, de la vida en la naturaleza, en un prado y una cabaña de madera, al lado de un río. Pero ignoraba que eso era una vocación. Treinta años después me percaté que era mi vocación cuando me preguntaron qué haría yo si me diagnosticaran una enfermedad mortal: “¡Lo dejaría todo y me dedicaría a escribir!”, exclamé. En ese instante lo dejé todo; ahora voy descubriendo que, efectivamente, me muero de literatura.
¿Qué significa para ti escribir?
Soñar con los pies firmemente plantados en la fantasía, y con muchas posibilidades de que se cumpla mi sueño; eso sí, siempre un poco más mermado de como lo imaginaba; nunca mi oficio ni mi inteligencia igualaron mi imaginación.
¿Cuáles son los escritores u obras que siempre te acompañan?
1. En busca del tiempo perdido (Marcel Proust). 2. Middlemarch (George Eliot). 3. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha (Miguel de Cervantes). 4. Ilíada (Homero, creo, pero no estoy seguro). 5. La Biblia (Dios). 6. Los Dukay (Lajos Zilahy). 7. Ana Kareninna (Leon Tolstoi). 8. Los hermanos Karamazov (Fiodor Dostoievski). 9. El retrato de una dama (Henry James). 10. Bomarzo (Mujica Lainez). Pero podría hacer otros diez listados parecidos.

¿Qué tipo de libros vuelves siempre a releer?
Los ensayos, sobre todo. Tengo tres ediciones diferentes de Elogio de la locura, de Erasmo de Rotterdam, y subrayados en distintas fechas de lectura. Todo lo que leo lo subrayo. Del Quijote (un ensayo también sobre la locura) debo de tener más de diez ediciones, algunas idénticas, para poder volver a leerlo en libertad, sin condicionarme con la sensibilidad mía de otro tiempo.
Cuando empezaste a escribir ¿tenías en mente modelos literarios de escritores a los que querías imitar?
Sí, pero los plagiaba directamente: a los 15 escribí muchísimas rimas con Bécquer. A los 19 me dijo una novia que tuve: “Pepe, ¿puedes creer que un tal Neruda te copió el poema que me dedicaste el pasado cumpleaños?
¿Tienes alguna manía a la hora de escribir? ¿Alguna rutina establecida o te apoyas en la inspiración del momento?
Sí, visto ropa muy cómoda, y, después de leer la prensa, me siento hacia las nueve ante el ordenador, en mi despacho, con una jarra de agua al lado, rodeado de libros que leo y consulto, y termino doce horas después, con un descanso breve para comer, alguna escapada para hacer pis y un par de horas para caminar y leer. No suele faltarme la inspiración; un minuto de ella me da para escribir un mes.
¿En qué género te sientes más cómodo escribiendo?
Excepto en la poesía y sobre todo en la música (la forma más elevada de la narrativa), me encuentro cómodo en cualquier género.
¿Vives la soledad del escritor? ¿Necesitas compartir con alguien lo que escribes, grupos o tertulias literarias, familiares, amigos...?
Cuando escribo necesito estar solo, pero el proceso de investigación, documentación, trabajo de campo, etc., que forma parte del taller literario, suelo compartirlo. También mientras escribo cuento lo que hago a mi gente próxima. Es una manera de aclararme en voz alta, ver si se sostiene lo que cuento y comprometerme también.
¿Alguna vez te has sentido bloqueado? ¿Cómo lo has superado?
Nunca me sentí bloqueado. En ocasiones puedo toparme con mi incompetencia, pero eso lo noto, y sé que hasta ahí hemos llegado. Cuando me atasco, me levanto del asiento, salgo a caminar y leo, como los curas el breviario; enseguida se me posa en el hombro el Espíritu Santo.
¿Cuál es la frase o párrafo que más te ha dolido suprimir en alguno de tus escritos?
Puedo excederme en los datos, en la información, y eso me duele menos suprimirlo; me cuesta más renunciar a lo chisposo, a metáforas guapas... Me propaso en todo porque soy de narrativa exuberante. Pero no suelo tirarlo; lo guardo para un artículo, un relato, otra novela... Todo lo aprovecho. Y reciclo.
¿Aceptas la crítica? ¿Cómo te afecta en tu siguiente trabajo?
Acepto la crítica y la necesito, especialmente antes de publicar. Todas las observaciones me aportan luz y, en consecuencia, me hace mejor escritor. 
¿Qué se puede conocer de Pepe Monteserín a través de sus novelas?
Todo. Lo que soy, lo que fui, lo que quisiera ser y lo que no. Soy muchos; como diría Whitman, contengo multitudes. Soy todos los caminos que recorrí: físicos y mentales. Y anduve mucho, tengo gastadas las rodillas del alma.
¿Cuál es tu ambición como escritor? ¿Dónde quieres llegar?
Hace unos años, cuando empezaba, tenía una meta gloriosa; ahora, con ser todavía inalcanzable, me planteo escribir algo interesante y divertido, y que se me pague por ello. En otras vidas futuras, aspiro a que me convaliden lo que fui, y pasar a poeta, y luego a músico. De ahí al Cielo es un paso.
¿Qué consejos darías a un escritor novel con ganas de empezar a publicar?
El mismo que me daría a mí, a estas alturas: cuenta algo interesante y divertido, pero no cuentes con vivir de eso.
¿En qué proyectos te encuentras embarcado en este momento?
Saldrán dos cuentos infantiles este año, uno con Lengua de Trapo, Tac, tac, tac, plof, en castellano (marzo) y otro con Pintar-Pintar, Cuatro esquinines, en asturiano (verano); sacaré un ensayo gordísimo Diccionario humorístico de un escritor, a finales de año (Trea) y estoy terminando una novela, sobre una coral polifónica.
¿Qué piensas del libro electrónico?
Se impondrá sobre el libro de papel, y éste quedará como edición de lujo. A ver si así vendo todos los que tengo ya impresos. Mi biblioteca real llegará a valorarse más que mi casa.




PERSONAL

Lugar de nacimiento
Pravia. La duda ofende.
Profesión
Tengo los títulos universitarios de Arquitecto Técnico y Dirección y Administración de Empresas y cien diplomas sobre la empresa inmobiliaria, actividad en la que trabajé durante 25 años. Hoy soy escritor. Y mañana.
Tu plato favorito
Lentejas (por favor, con chorizo y un huevo duro), y de segundo calamares en su tinta (¿es mucho pedir con patatas fritas?).
Libro favorito
En busca del tiempo perdido (Proust); si hay poco sitio: El Lazarillo de Tormes (no sé de quién es).
Ciudad favorita
Pravia-Oviedo.
Música
Bach y El magnificat. O Silvio con la guitarra y Te doy una canción, o Pablo Milanés al piano, con El breve espacio.
Color
Gris. Si puedo añadir un poco de verde botella, tanto mejor.
Frase favorita
Una de tantas: “La moral del arte consiste en la belleza misma, y por encima de todo aprecio, en primer lugar, el estilo, e inmediatamente después, la verdad” (Flaubert). Lo dijo en francés, en una carta a Luis Bonefant, en 1856: “La morale de l’art consiste dans sa beauté même, et j’estime pardessus tout d’abord le style, et ensuit le vrai”.

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