Searching...
sábado, 21 de abril de 2007

Argüelles-Meres: «Jovellanos y Ortega fueron dos perdedores»

El profesor comparó a los dos grandes pensadores que «fracasaron» en sus proyectos de vida pública

Ortega y Gasset y Jovellanos tienen mucho en común; los dos eran escritores, pensadores preocupados por su tiempo y su país, ambos intervinieron en política empujados por las circunstancias y, sobre todo, los dos fueron «grandes perdedores». «Porque los dos fracasaron en sus grandes proyectos para la vida pública», aseguró ayer Luis Arias Argüelles-Meres, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, profesor de literatura y uno de los grandes estudiosos de Ortega y Gasset, que ofreció una conferencia en el Foro Jovellanos sobre los dos autores.
La conferencia terminó con un proyecto que el Foro sacará adelante y que contará con el apoyo de Argüelles-Meres. Un libro en el que se recopilarán los artículos que Julián Marías, el gran discípulo de Ortega, escribió acerca de Jovellanos. «Él hizo justicia» con el pensador gijonés, aseguró el conferenciante, que criticó la dureza con la que el filósofo había tratado a Jovellanos en sus diversos escritos.
Los dos, recuerda Arias, son «antihéroes», como los protagonistas literarios de la modernidad que luchaban «por utopías» que el tiempo luego demostró «que no se podían llevar a cabo». Pero pese a las similitudes que Argüelles-Meres expuso sobre los dos escritores, autores de dos autobiografías muy parecidas en las que «excluyeron las peripecias personales», Ortega fue «crítico y muy duro» con Gaspar Melchor de Jovellanos.
En una biografía que el filósofo escribe sobre Francisco de Goya, Ortega hace una comparación del pintor con Jovellanos. «Considera que son los dos grandes figuras del siglo XVIII pero cree que Jovellanos jamás alcanzará la genialidad de Goya». Incluso llegó a aseverar que el asturiano nunca supo apreciar el talento del pintor -al que le unía una gran amistad- y puso en duda el estilo literario de Jovellanos, de que dijo que, en determinadas ocasiones y cuando hablaba de toros se expresaba como un «revistero». «Lo cierto es que Jovellanos murió en 1811 y la mejor obra de Goya vino después. Quizá Ortega no se paró a pensar en eso», en que no observó sus mejores pinturas, explicó Argüelles que lamentó que el gran filósofo no «profundizara más en la vida y situación política del siglo XVIII para poder conocer profundamente las peripecias de Jovellanos» y el verdadero valor de sus escritos y obras «en un siglo como el de la Ilustración».
Y si se analiza la relación que unió a estos dos grandes estudiosos no puede «olvidarse la relación que Ortega tuvo con Asturias. Esta es la región en la que más discípulos tuvo» porque el magisterio de Ortega «prendió en Asturias con más fuerza eu en ningún otro sitio de España», aseguró Argüelles que nombró a José Gaos y Fernando Vela como a dos de los grandes conocedores de Ortega y Gasset porque, dice, si el madrileño encuentra en «Asturias su gran vivero es porque se encontró la Asturias que nos dejó el padre Feijoo y Jovellanos».
 
Back to top!